miércoles, 13 de octubre de 2010

Echu-Elegguá. Equilibrio dinámico de la existencia

“Recuerdo que cuando realizaba los trabajos de campo para completar estos apuntes en las regiones de Ile ife, Oyo, estado de Benin e Ibadan, en Nigeria, me acerqué a un sacerdote de Ifá en busca de información acerca de Elleguá y me dijo que no conocía esa divinidad. Sorprendido le referí diferentes características de esta y solo entonces reconoció que le hablaba de Echu. Enseguida comprendí que la condición más importante para adentrarse en el conocimiento yoruba es saber renunciar al enjuiciamiento de las cosas según nuestros propios criterios de acuerdo al punto de vista del lado de acá del Atlántico.

Para acercarnos a las raíces de un mundo como el de los orichas tenemos que olvidarnos de los prejuicios de nuestro mundo particular o colectivo, de lo contrario, no estaremos en condiciones de escuchar y asimilar lo que nos puede aportar esa filosofía contenida en el sistema literario de Ifá, como la máxima expresión del conocimiento, la comprensión y la sabiduría humana desde el principio del tiempo.

Este volumen, el primero de la colección Ifatumó, es el resultado de nueve años de investigación y surge ante la necesidad de dar respuestas a cuál es la verdadera posición que ocupa Echu en la cosmología yoruba; pues los escasos materiales bibliográficos que se han publicado sobre Echu y las referencias recogidas sobre él en diferentes trabajos acerca de la cultura o la religión yoruba, no son lo suficientemente esclarecedores de la verdadera posición que ocupa esta divinidad dentro del sistema planetario. Se le han adjudicado, por ejemplo, característica similares al ‘Diablo’ del cristianismo o al ‘Shaitán’ del islamismo, tratando de buscar una comparación que haga comprensible la identidad de Echu para los observadores de ocasión. Pero el cuerpo literario de ifá no contiene palabra alguna que nos refiera a la existencia de un ‘diablo’ o un ‘infierno’.

Los tradicionalistas yorubás ven en Echu a entidad divina que gusta de poner a prueba a las personas e incluso a las divinidades creando obstáculos e infortunios hasta que se le reconozca, se le respete y se le ofrezcan los debidos sacrificios, solo así dejará de apuntar con su vara de autoridad para que podamos situarnos en la senda de la realización y la prosperidad.


Echu dice que su finca es el universo

y sus mercancías son las criaturas de Dios


Echu no es ni bueno un malo, ni se le llama, ni se le espera, él está ahí, latente en el dinamismo que emana de nuestra propia naturaleza.

Echu es una de las divinidades más prominentes y principales de la mitología yoruba y su presencia se destaca de forma constante, activa y definitoria en cada uno de los 256 odu del sistema de adivinación de Ifá. Los tradicionalistas yorubas, profundos estudiosos y conocedores del oráculo, atestiguan que no existe ser humano capaza, ni física ni espiritualmente de entablar una lucha frontal con Echu. Su afirmación se basa en que no hay hombre, ni en la Tierra, ni en el Cielo, que se pueda vanagloriar de estar libre de culpas e ignorar o no reconocer a esta deidad; sin sufrir las consecuencias por la negativa a ofrendar el sacrificio adecuado, en pago de sus propias deudas, para ganar su magnanimidad. Él es quien hurga en los corazones de cada individuo para ver qué hay en ellos, tarea fácil para alguien que tiene una gran capacidad de transformación, razón por la que Ifá nos lo presenta, según la ocasión, como un niño, un joven, un anciano, una mujer, un cazador, un guerrero, un caballero celestial, un adivinador, un ladrón, un médico u otros; pero siempre, detrás de cualquier disfraza debemos asumir que estamos ante el que hace posible la profecía de Ifá, porque actúa como el punto de escucha, el controlador de los sacrificios y el otorgador de la autoridad (aché).



Los requerimientos de esta investigación exigieron el estudio profundo de las obras de diferentes autores que abordan la temática yorubá desde diversas aristas, pero la gran mayoría de las historias de Ifá utilizadas en el presente libro, para ilustrar los aspectos más relevantes de la tradición yoruba, han sido tomadas de la

Echu-Elegguá. Equilibrio dinámico de la existencia expone una pequeña parte del acerbo cultural de los pueblos yorubás: su filosofía, sus deidades, sus historias trasmitidas de una generación a otra, y que trasladados a Cuba por los miembros de esa etnia devino uno de los componentes africanos de la identidad cultural cubana, así este libro constituye un acercamiento al pueblo yoruba para saber de dónde vinimos, es el fragmento de un viaje a la raíz.”

Adrián de Souza Hernández

Echu-Elegguá. Equilibrio dinámico de la existencia del profesor, sacerdote de Ifá e investigador de las tradiciones yorubas Adrián de Souza Hernández, es un profundo estudio sobre este complejo oricha. Como parte de la investigación, del libro, De Souza escribe sobre el Origen y la multiplicación de Echu; la Caracterización de Echu; Adoración y culto; Presencia y significado de Echu dentro del cuerpo literario de los odu de Ifá; entre otros pertinentes temas.


Vincular a Echu con el mal es alejarse del concepto filosófico yorubá. Falsa es la lucha entre el bien y el mal, su fundamento radica en la relación fructífera de esa lucha.



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