jueves, 18 de noviembre de 2010

La Magia de los Ángeles

Todos podemos llevar la magia y el poder de los Ángeles a nuestra vida, afirma Margaret Neylon en su libro La Magia de los Ángeles. Si partimos de esa premisa, la pregunta que nos puede surgir sería: ¿Y por qué no lo hacemos? O ¿Qué nos lo impide?

Probablemente todos hayamos escuchado alguna vez hablar sobre los Ángeles, incluso algunos hasta hayamos tenido experiencias con ellos sin haber sido, en mucho de los casos, plenamente cocientes de ello. A veces, esa incapacidad de conexión con estos seres se debe a nuestra incredulidad, a la rigidez de nuestras creencias, a la percepción materialista que podemos tener del mundo o, incluso, a nuestros miedos. Por ello, Margaret Neylon, en la introducción a su libro, nos advierte que es importante comprender qué es un Ángel antes de explicarnos la manera de relacionarnos con estos seres.

Prácticamente cualquier sistema de creencias o religión, tanto del Occidente como del Oriente –asevera Neylon– incluye a unos seres –llamados ángeles, peri, fravashi o devas– a quienes Dios envía para acometer misiones especiales con nosotros, los seres humanos de la Tierra. El cabalista Kabaleb y Soleika Llop en Los Ángeles Al Alcance de Todos, nos explican el origen del nombre de estas maravillosas entidades: “El término ángel deriva de una traducción griega del original hebreo mal’akh, que significaba antiguamente la cara oculta de Dios. En griego, el término ággelos se traduce por mensajero o enviado. El latín angelus quiere decir algo parecido a vehículo de información.”

"Los ángeles fueron creados por Dios para relacionarse con la Humanidad, mientras que las religiones surgieron de la Humanidad para relacionarse con Dios."


Si usamos de referencia un diccionario, según explica la autora, los ángeles son “seres inmateriales, espíritus puros, intermediarios entre el hombre y Dios, que se hallan siempre a nuestro lado con la tarea de guardarnos y guiarnos”. Por su lado Santo Tomás de Aquino ya para el siglo XIII había declarado: “Los ángeles trascienden toda religión, toda filosofía, todo credo. De hecho, los ángeles carecen de religión tal como la conocemos; su existencia es anterior a cualquier sistema religioso que haya existido en la Tierra”. Y Juan Calvino, líder religioso y teólogo francés, añadió: “Los ángeles son los dispensadores y administradores de la beneficencia divina respecto de nosotros; cuidan de nuestra seguridad, acometen nuestra defensa, dirigen nuestra conducta y ejercen una solicitud constante para que nos sobrevenga mal alguno”. Pero, en palabras de Santo Tomás de Aquino, Neylon nos asegura: “¡No siempre un hombre elige lo que su ángel guardián pretende!”

Y aún más que la palabra “ángel”, podría decirse, hay otra palabra que según de dónde vengamos nos puede causar pavor, rechazo, o hasta fascinación; la palabra: “magia”. ¿Qué es la magia?, se pregunta Neylon. Lo que pasa es que no entendemos en qué consiste la magia y de dónde procede. Resulta curioso este rechazo sistemático que muchas veces solemos mostrar con todo aquello que se asome a nuestra ventana de creencias amenazando con modificar nuestro “perfecto y organizado” mundo cuadriculado. No hay nada como un poco de conocimiento para capacitarse a uno mismo, asevera la autora. Y continúa: “Empezaremos con la palabra magia. Los cristianos están familiarizados con el término gracias a los tres magos que acudieron a postrarse ante Jesús, recién nacido en Belén (también se los conoció como “los tres sabios”). Mago es una palabra de origen persa y griego que sirve para designar a quien recurre a la fuente con el fin de conseguir que algo suceda. De mago surgió el adjetivo magikos, transformado en magica latina que ahora conocemos como magia, lo que un mago utiliza para lograr que acontezcan cosas portentosas.”



Pero lo relacionado con el origen de esta palabra y práctica no se queda aquí, Marget Neylon va un poco más allá: “El vocablo latino mirari significa maravillarse, y milagro procede de miraculum, algo de lo que asombrarse. La palabra inglesa spell (conjuro, entre otras acepciones) procede de la francesa expeler, que significa leer en voz alta, y se entiende asimismo como mencionar las letras de un vocablo.” Para Margaret resulta importante conocer sobre los antecedentes de las palabras “magia”, “mago”, “milagro” y “conjuro” porque así sabemos que se tratan sencillamente de palabras. Palabras que están faltos de poder a no ser que se lo demos nosotros mismos, careciendo éstas de cualquier implicación negativa.

Ya sabemos que el conocimiento es poder, y sobretodo, poder sobre nosotros mismos. El arte que mejor deberíamos dominar. Pero esa ignorancia es la que nos ha llevado a permitir que la mayoría de las instituciones (ya sean de tipo religioso, educativo, político, económico, social, etc.) más incluyentes del mundo hayan hecho lo posible, con bastante buenos resultados, de mantenernos en la ignorancia y por tal razón, como indica Neylon, sumisos a través del miedo a lo desconocido.


“La magia angélica es pura y amorosa y solo es capaz de brindar bien a cambio.”


Desde hace muchos miles de años se sabe que cada palabra, sobre todo escrita, ejerce un poder enorme. La magia estriba -exhorta la autora- en emplear el poder de nuestra palabra, nuestro pensamiento y nuestra acción en conjunción con los dones de la Naturaleza y con las ofrendas de Dios. La Magia de los Ángeles, basado en la creencia de que, en cualquier caso y en todo tiempo, nuestro ángel nos acompaña; explica cómo Crear mágicamente un cambio, cómo Crear mágicamente el amor, cómo Crear mágicamente una abundancia, Crear un entorno sano, Crear un campo natural de protección. A su vez, nos narra sobre experiencias angélicas, nos enseña a tener contacto diario con los Ángeles, a conocer los Ángeles de la Naturaleza, del Amor, de la Abundancia Divina, de la Protección y los Ángeles de los Niños. También podremos hallar en el libro rituales y visualizaciones para invocar a estos, nuestros Ángeles.

En El libro la magia angélica es mi intención exponerte el gozo de contar con los ángeles en tu vida, de reunirte con ellos de un modo simple y fácil y refutar la opinión de que operar con los ángeles constituye una tarea difícil o la capacidad reservada solo a unos pocos. Los ángeles representan dones de Dios para todos. Cada uno de nosotros posee la facultad de comunicarse con ellos de cualquier modo que nos sea posible, y todos tenemos la oportunidad de aportar su magia a nuestras vidas de las maneras más sencillas. (…) tu ángel se encuentra contigo ahora, lo sepas o no. ¡Y en el momento en que le introduzcas en tu vida será el instante en el que comenzará la magia!



Para más información sobre el tema angélico o sobre cómo obtener La Magia de los Ángeles u otros libros, velas, cartas de meditación de ángeles, entre otros puedes comunicarte con Santería Milagrosa.



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