lunes, 28 de junio de 2010

Yemanyá o Yemayá


Oración a Yemanyá o Yemayá

¡Oh madre de las aguas!

Grande es tu poder, tu fuerza y tu luz

Grande es tu amor por tus hijos

Como lo es la sabiduría con que gobiernas

Desde todos los océanos y mares.

Has que llegue a ti mi pedido

Y hazme los favores

De alejar de mi rumbo a mis enemigos

Y ahogar en mí, mis temores.

Que no llegue a mi hogar la tristeza

Ni rencores o pesares

Que sea tu grandeza

La mayor riqueza que me dispensares.

Salve Yemanyá, doña Yanaína

Cualquiera fuera tu nombre

Cualquiera las playas y costas

Que tus aguas besaren.

Cualquiera el ritmo incesante

De tus olas, de tus mares

Mi fe, en ti deposito

Como parte de la creación

De dios en la tierra

Y es por eso que te pido…………,

Y sé que mi ruego será atendido

Si es justo y bien por mi merecido.

Zolrak



“Una mujer hermosa, se realza entre las aguas. Por su enorme belleza y riqueza espiritual y también material (ya que el mar es uno de los reinos más ricos y extensos, más prolíficos–ocupan más del 75% de la Tierra). Caso bailando, con sutil arqueo de brazos, nos da la impresión de estar acompañada por dulces y afinadas melodías que surgen de su propia esencia.

En una mano tiene un peine (hecho de ostras marinas) que utilizará para peinarse frente al espejo (formado por caracoles), el cual sostiene con la otra, su corona es de plata (su metal) y buzios o cauris, en su centro una estrella de mar, un collar del mismo metal que termina en un dige, con uno de los peces que pueblan su territorio. Adornada de perlas (como gota de su purificado elemento) le dan un marco principesco. Su figura se haya cómodamente situada sobre una concha de mar.

Su reinado es uno de los más importantes por lo ya mencionado, pero también por la antigüedad de esta emergía en la Tierra, ya que en sus orígenes todo era un océano, o sea líquido sobre toda la corteza terrestre durante miles de millones de años.

Se puede decir entonces que de allí se originó la vida; por ello tomamos a Yemanyá como madre de todos los demás Orichás (excepto algunos pocos no lo son, cuya autoría materna sería Naná–una Yemayá más ancestral.

¿Pero qué pasó con el agua de sus mares que hoy día falta? Pues bien, todo se transforma, nada se pierde, la energía no puede desaparecer, así lo dice la Ley de Conservación de la Energía; aún en transformaciones de origen radioactivo, se tiene por resultado electrones muy pequeños, también consideremos que todo es energía y ésta se encuentra en diversas formas y maneras y en todas las cosas (algunos indígenas le llaman a este fenómeno Manitú, el espíritu de las cosas), Einstein demostró que aún la materia era energía.

Volviendo al Orichá de aguas saladas, diremos que antiguamente presidía su energía en el río Ogum, en África (nada tiene que ver este río con el Orichá del mismo nombre), es que una de las leyendas contadas de boca en boca (la transmisión oral es la más frecuente para contar la historia de los Orixás) es que de sus pechos (de ahí su voluptuosidad) brotaron todas las aguas, creando a todos los demás Santos. Tiene varios sincretismos, en Brasil como Nuestra Señora de las Candelas, en regiones Sudamericana de habla Hispana como la Virgen de los Navegantes y Pescadores, Stella Maris, y en el Caribe y Norteamérica como Nuestra Señora de la Regla.

Al finalizar el año, tienes quienes conocen su poder y bondad, le ofrendan flores que tiran al mar, agradeciendo el año finalizado y pidiendo su protección para el que se inicia; pero el mayor de sus festejos es el día 2 de Febrero, en donde se pueden ver pequeñas barcas que se internan en el mar pintadas generalmente de celeste, adornadas con flores, velas, perfumes y regalos, destinados a la Reina del Mar.

Sus colores están dentro de la gama de los azules, yendo desde el celeste más claro hasta el azul y los tonos plateados. Uno de sus adornos y herramientas es un abanico, llamado abebé, pudiendo ser de metal plateado o plata o de cualquier material que lleve sus colores o emblemas.

Es uno de los Orichás conjuntamente con Oxalá u Obatalá más queridos y respetados. Y por ser la madre de todos, y estar relacionada con la maternidad (atributo que comparte con Oxún) hablemos entonces de ello. El período de embarazo para las antiguas mujeres africanas era muy restrictivo en muchos aspectos ya que por ejemplo, la actividad sexual disminuía en este período en forma notable pues creían que de lo contario se vería afectado en su futura vida y en el nacimiento en sí el bebé; que la madre no tendría suficiente leche para amamantarlo. Todo lo que estuviera en estado de “impureza” se trataba de evitar en el momento de dar a luz (mujeres menstruando, alcohol, personas agresivas, etc.), y a través de rezos, hierbas naturales con fines de purificación y/o medicinales hacían que el ambiente estuviera energéticamente protegido. Así como la mamá, el nuevo ser y las mujeres de parteras estaban protegidas y amparadas.

El comportamiento de la madre (robo, infidelidad, tensión nerviosa, malos hábitos, etc.), podrían ser trabas para el nacimiento.

El pelo del recién nacido, así como su cordón umbilical, sus uñas, la placenta que lo cobijó, son elementos fundamentales para cuidarlos y guardarlos celosamente por sus padres (éstos representan genética y energéticamente al ser, conservan su fluido personal, irrepetible en otro, con las miasmas características informativas y formativas), enterrarlos al pie de una plante sin espinas (las mismas reflejan dolor, inconvenientes) o un árbol para que éstos crezcan con vigor y salud, se reproduzcan y sean pródigos en frutos, al igual que los niños y los proteja bajo su sombra, teniendo la creencia de que a través de sus raíces descargarían a tierra todas sus tensiones y malas energías. O también se le entregaba al Orixá, al cual se le pidió por este embarazo, para que tuviera un buen desenlace, y bendijera desde el Astral al recién nacido. Es decir, que durante los nueve meses que dura el embarazo, la parturienta tenía asistencia médica, familiar, espiritual, invoca y pide protección a sus antepasados; nada era descartado ni dejado de tomar en cuenta.”


Significado

“Mujer respetable, madre cariñosa o estado maternal.

Embarazo, parto. Matrimonio, enlace o compromiso. Digna mandataria, recelosa de su posición y responsable de sus deberes y atribuciones. Hipersensibilidad al dolor físico y sentimental. Rige esta carta las zonas erógenas y reproductoras femeninas, y tiene injerencia en el aparato circulatorio y urológico. Riqueza y bienestar material. Persona que disfruta de los honores, la buena vida, los lujos pero sin caer en frivolidades, ya que tiene un alto sentido social y humanitario. Empresa próspera.”

(Información sacada del libro El Tarot de los Orishas, creado por Zolrak http://santerialamilagrosa.blogspot.com/2010/06/el-tarot-de-los-orishas.html)







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